Comienza la temporada de verano y la visita a los lugares de playa se convierte en un indispensable cuando tienes niñ@s.
Cuando son bebés, a veces tienden a reaccionar de manera desagradable al tacto con sus pies. Pero conforme se van acostumbrando, poco a poco, van disfrutando al tocarla. Algunos prefieren comérsela (fue el caso de nuestro hijo en su etapa de bebé).
El caso es que jugar con la arena (no comérsela) aporta muchos beneficios de tipo educativo. En este post te mencionamos algunos de ellos:
Estimula los diferentes sentidos aunque fundamentalmente, el del tacto es el que más estimulación recibe. Al manipularla descubren sus diferentes texturas, crean diferentes formas,…
Desarrolla la motricidad fina. Manipulándola y explorándola desarrollan su motricidad fina además de otras habilidades psicomotoras como la coordinación oculo-manual. Es por ello que en los últimos años, se ha convertido en un elemento indispensable en las aulas de muchos centros educativos.
Potencia el juego simbólico. Esta habilidad de recrear cualquier elemento como si fuese otro diferente, se potencia mediante la arena. A través de ella crean castillos de princesas, ríos y puentes,… creando así escenas de fantasia. Desarrollan además su imaginación y creatividad.
Fomenta el desarrollo cognitivo. Jugando con la arena aprenden conceptos como lleno, vacío; mojado, seco;…Y a través de los moldes aprenden propiedades de los objetos como sus formas, tamaños,…
A continuación os dejamos una relación de juguetes de playa que resultan muy útiles tanto para jugar en este entorno, como para el jardín o incluso la nieve.
En definitiva, jugar con la arena ofrece múltiples beneficios de tipo educativo a tu hij@. Si aún sigue en la etapa de rechazo, tranquilo. En poco tiempo disfrutará tanto jugando con ella que no habrá manera de salir de la playa.
